lunes, 31 de mayo de 2010

Hans von Hentig, considerado por algunos autores como precursor de la victimología, emplea criterios psíquicos, sociales i biológicos para crear su tipología victimal señalando, que el individuo débil en el reino animal i entre los hombres, es aquel, que posiblemente será la víctima del ataque. Algunos, como los menores i los ancianos, son débiles de cuerpo; otros son débiles de espíritu; otras pertenecen al sexo débil. La debilidad puede consistir también en la fuerza excesiva de una impulsión vital, lo que entorpece los mecanismos ordinarios de prevención i precaución . Por lo tanto, el mencionado autor estudia a la víctima, insertándolas en la conducta del victimario como figura de corresponsable, pero a su vez capaz de engendrar el delito o reforzar las apetencias del delincuente .

Las víctimas vulnerables se componen por variedades, que parten de dos subclasificaciones en tanto a las categorías del riesgo de victimización, esto es, las generales i las psicológicas. En principio, se concede importancia a la víctima por su juventud, sexo, edad i también por deficiencias mentales. Luego las engloba en grupos que no clasifica precisamente, considerando que cooperan al delito, con lo que se establecen en elementos causales. Señala, también las víctimas deprimidas, adquisitivas, desenfrenadas i libertinas, solitarias, acongojadas, atormentadas, bloqueadas, luchadoras, etc. La clasificación es sumamente amplia, como punto decisivo para la acción del delincuente . Por lo tanto, con criterio cuantitativo se determina que personas van a tener mayor riesgo de ser victimizadas.

Los jóvenes en proceso de formación biológica i mental, debido a su inmadurez e inexperiencia, carecen de capacidad de resistencia para oponerse, en igualdad de condiciones, al agresor adulto . Tal es el caso de los niños, quienes acosados por la pobreza, se ven obligados a trabajar en el sector informal, esto es, como cargadores o vendedores en las calles, mercados i plazas públicas de cualquier ciudad del país, lugares en que pueden ser victimizados o aprovechados por criminales como auxiliares en delitos. Citamos las violaciones de niños con alevosía, engaño, crudeza i con suministro ilegal de drogas, por parte de Jorge Burdet Cedeño i su esposa, Marína Concepción Cedeño Aguirre, cometidos en Santa Cruz Galápagos, sentenciados por el Quinto Tribunal del Guayas a dieciséis años de prisión. Por lo tanto, los jóvenes, por su debilidad en el reino animal i en la especie humana son propensos a sufrir abusos.

Hans von Hentig señala, que el riesgo de la mujer a ser victimizada aumenta con la edad . Teniendo en cuenta su débil condición física, estas, suelen ser víctimas de delitos sexuales en sectores victimógenos como en el balneario Montañita . Según las últimas declaraciones gestionadas en agosto del año pasado, por parte de Miguel Morales, médico legista, en este sector, se registran de cinco a siete violaciones mensuales. Tenemos el caso de la turista belga, quien a sus veinte años de edad, según información de la Jefatura de la Policía Judicial de Santa Elena, fue abusada sexualmente en el baño de la hostería situada en el mencionado sector de la costa, por cuatro sujetos.

Se establece, que en la combinación de la riqueza i la debilidad reposa el peligro. Por lo tanto, los ancianos débiles física i mentalmente, incapacitados de diversas formas, por su posición socioeconómica son generalmente víctimas propicias de delitos contra la propiedad . Tal es el caso de varios ancianos, que son puestos en cualquiera de los asilos del país, por sus propios hijos, con la finalidad de enriquecerse al despojarlos de sus bienes.

Los débiles i enfermos mentales, estos son, los drogadictos, los alcohólicos i otras víctimas potenciales, poseen grados de victimización por su deficiencia . Tal es el caso de los intoxicados, que luego de beber alcohol i suministrarse sustancias estupefacientes por la noche, en los bares del centro de la ciudad, reposan inconcientemente al día siguiente, en las aceras de la calle Vélez de Guayaquil. Ellos suelen ser víctimas de cualquier clase de crimen, sobre todo contra la propiedad. Por lo tanto, se establece predominante, la contribución de la víctima al hecho delictivo.

Los tontos o personas con escasa inteligencia se consideran víctimas innatas en tanto, a su espíritu deficiente . Tal es el caso de aquellos jóvenes, que a pesar de estar en entidades educativas integrales, aprobadas debidamente por el Ministerio de Educación del Ecuador, que tienen como finalidad asegurar su convivencia, mediante la estabilidad i desarrollo emocional, son tontamente objetos de burlas, maltratos i engaños, por quienes son sus compañeros de colegio.

Los inmigrantes, tanto por su aislamiento i hostilidad como por la economía i discriminación, tienen problemas para adaptarse culturalmente . Estas, son varias situaciones extremas que los obligan a sujetarse a cualquier medio de salvación, siendo en muchas ocasiones aprovechados por personas de mala fe. Se establece, que las minorías en su desigualdad de derechos frente a la población son ampliamente victimizadas tanto en cuanto por prejuicios raciales, como en tanto políticos. Tal es el caso de los ecuatorianos indocumentados, establecidos en España, víctimas de la situación económica de su país i de la violencia del lugar de trabajo, quienes perciben consecuentemente la angustia de un futuro incierto. Citamos como otro ejemplo, a la comunidad china en el Ecuador, quienes por reiteradas ocasiones son victimizadas por comerciantes de la ciudad de Guayaquil, esto es, por medio de agresiones verbales e injurias si es que no llega a mayores, porque al bajar el precio de sus productos con finalidad de incrementar sus ventas, dañan el mercado tanto formal como informal de los ecuatorianos.

Por lo tanto, tanto en cuanto se distinga la subclasificación general de Hans von Hentig, esta es, los jóvenes, las mujeres, los ancianos, los débiles i enfermos mentales, los tontos i los inmigrantes, se referirá a los diversos grados de riesgo de victimización.

La depresión se expresa por emociones de desesperanza, con disminución de la actividad física i mental. Los deprimidos pierden iniciativa, esto es, se vuelven sumisos, apáticos, por ende se anula su espíritu de competencia i conservación . Incursionamos en el campo de los tipos psíquicos, esto es, que incluimos a los neuróticos puros, quienes se encuentran en íntima contradicción, aunque ellos mismos lo ignoren, pues lo único que perciben es constante irritabilidad i tensión. Por lo tanto, esta categoría de personas se convierte en víctimas potenciales, especialmente en delitos de sangre, como lesiones i homicidio . Tal es el caso de los niños en la cultura de la depresión emo, numerosos jóvenes ecuatorianos pertenecientes a familias disfuncionales, que son víctimas de éstas i de sí mismos; se flagelan las muñecas para desangrarse lentamente sin llegar a la muerte, acercándose al dolor i cargándose de depresión.

La personalidad adquisitiva de los ambiciosos siempre pretende conseguir algo, llegando inclusive a cometer delitos pero, también, a ser víctimas porque se las puede tentar con facilidad . Tal es el caso de la administración de las financieras quebradas, que movidas por su deseo de lucro i avaricia, estafaron a los ecuatorianos siendo fácilmente victimizadas a nivel nacional, ocasionando el descrédito del sistema financiero.

El caso del lascivo se explica mediante la seducción o provocación, por parte de mujeres víctimas de delitos sexuales . Tal es el caso de varios profesores pertenecientes a instituciones educativas fiscales del país, quienes por varias ocasiones son instigados por niñas de catorce a dieciséis años, las cuales por más que se las considere víctimas, terminan consintiendo al acceso carnal. Citamos el caso del profesor Julio Parreño, implicado en delito sexual, con una estudiante menor de edad, a quien ofrecía auxilio académico i de quien recibía su consentimiento para dicho acceso.

Los solitarios i desgraciados buscan compañía, amor, i felicidad. Tal es el caso de las viudas de los héroes de la Policía Nacional, quienes suelen ser víctimas de los delincuentes que se les presentan con la intención de consolarlas, para después victimizarlas, esto es, robarles o estafarles.

El atormentador al martirizar a las personas causa reacciones delictivas, esto es, sujetos con disturbios de personalidad, quienes con o sin efecto de drogas o alcohol, crean ambientes tensos en que terminan siendo victimizados. Tal es el caso de Carlos Castro, traficante de tierras, quien atormentaba a Mantuano con la intención que sea su guardespalda. Este último, terminó asesinándolo en Bastión Popular.

El típico ejemplo en que el atormentado da muerte al atormentador, es el caso en que los padres tratan con sevicia a sus hijos, causándoles sufrimiento de por vida. Al presenciar tanto maltrato, estos últimos, se encolerizan llegando a dar muerte a su padre. Por lo tanto, en este binomio de atormentado i atormentador, se debe analizar quien es realmente el delincuente i quien es en verdad la víctima . Tal es el caso del adolescente ecuatoriano que mató a su hermana, esta es, Alicia del Carmen, i a sus padres adoptivos, estos son, Nicolás Antonio Moreira i Alicia Martillo Merchán, como consecuencia del constante i permanente maltrato que recibía por su parte.

El bloqueado, exclusivo i agresivo, por su imposibilidad para recurrir a la protección judicial es dominado por la agresión delictiva . Tal es el caso de los homosexuales de la avenida Veinticinco de Julio, situados desde la calle Ernesto Albán hasta la vía Pío Jaramillo, quienes asumen silenciosamente el hurto o el robo por parte de sus ocasionales o permanentes compañeros sexuales; la vergüenza o el temor a la burla o el escarnio les impiden acudir a la justicia. El vicioso que consume sustancias psicotrópicas tampoco puede asistir a la policía para reclamar, que a cambio de su dinero recibe productos adulterados como raspado de ladrillo en lugar de la cocaína .

Por lo tanto, aunque la subclasificación psicológica de la tipología victimal no establece criterios únicos para poder encasillar los casos, incorpora a las víctimas en conjuntos, esto es, en deprimidos, en ambiciosos, en lascivos, en solitarios, en atormentados, en bloqueados, en excluidos i agresivos, por considerarse que cooperan al delito, pudiendo ser inclusive clasificadas en varios tipos, con lo que se establecen elementos causales.

La segunda tipología victimal clasifica a las víctimas en cuatro criterios, estos son: situaciones de victimización, impulsos i eliminación de inhibición, resistencia reducida, i propensión a ser víctimas, criterios estos, que responden a situaciones personales concretas como la víctima aislada, por proximidad, con ánimo de lucro, con ansias de vivir, perversa, bebedora, indefensa, inmune, hereditaria, que harán analizar los supuestos casos pudiendo incluirse al mismo individuo dentro de varias categorías, primando un cierto grado de subjetividad al observar los caracteres.

La víctima aislada se aparta de las normales relaciones sociales, esto es, que se vuelve solitaria, exponiendo su integridad al privarse de la natural protección de la comunidad. Tal es el caso del anciano, del extranjero, de la viuda, del desertor, del misántropo . Citamos como ejemplo, el asesinato i robo de Mariana Gaibor Reinel, mujer de ochenta i cinco años de edad, que fue asfixiada en la sala de su casa, ubicada en las calles Arreola i Pedro Valverde, al norte de Quito, el pasado ocho de Enero, con la finalidad de despojarla de sus bienes.

Hans von Hentig distingue la proximidad espacial, familiar i profesional. En primer lugar, se establecen las aglomeraciones, esto es, las multitudes. En tanto a la proximidad condensada, se producen víctimas de robo i atentados al pudor. Tal es el caso de la peregrinación de la Virgen del Cisne, Loja, en que los carteristas, por la proximidad espacialmente excesiva cometen delitos contra la propiedad. Citamos también, el caso de los frotadores, quienes en los ascensores de los edificios o en los buses de la Metrovía de Guayaquil, atentan contra el pudor de las personas que ocupan espacio, tanto en los elevadores como en los medios de transporte público. Por lo tanto, en cuanto la persona sea victimizada por estar cerca, se considerará a la víctima por proximidad excesiva como factor victimológico .

La proximidad familiar produce parricidio, femicidio, incestos i violaciones. Tal es caso de numerosos niños ecuatorianos, que ante la ausencia i descuido de los padres en tanto al cuidado del hogar, practican ordinariamente el incesto. Citamos, también, las violaciones intrafamiliares que se dan por parte de los abuelos a sus nietas, quienes muchas veces quedan embarazadas a temprana edad.

Las profesiones generan proximidad. Tal es el caso de los médicos, párrocos, profesores quienes, por medio de acciones sistemáticas de violencia psicológica, esto es, acoso laboral o mobbing, son presionados para abandonar sus labores o para cometer errores, que acarreen respuestas premeditadas por los acosadores, quienes enfrentaran las circunstancias a los rigores de la legislación, con la única finalidad de sacar al profesional o vocacionado de su puesto de trabajo .

Por lo tanto, la víctima aislada i la víctima por proximidad tanto espacial, familiar i profesional son subclasificaciones señaladas por Hans von Hentig, con finalidad de establecer la victimización, en cuanto a diversas situaciones que se presentan en la vida ordinaria.

La víctima con ánimo de lucro es aquella, que por codicia, por deseo de enriquecimiento fácil, cae en manos de estafadores . Tal es el caso de aquellos ecuatorianos, quienes seducidos por las altas tasas de interés que ofrecía la financiera Cabrera, esto es, motivados por la codicia, imprudentemente depositaron su dinero i, ante el fallecimiento de su administrador terminaron perdiendo lo poco o mucho que tenían, a cambio de nada.

La víctima con ansias de vivir se priva de cosas que la colectividad logra, pretendiendo recuperar el tiempo perdido, esto es, de vivir lo que no ha vivido. Se pone como ejemplo de este deseo, el ansia de libertad, la búsqueda de aventuras i peligros, de nuevas impresiones, la pasión por el juego, el emigrar, el derroche . Tal es el caso de Denisse Núñez, víctima en accidente de bungee dumping en la ciudad de Guayaquil, quien en la búsqueda de emociones extremas terminó con su vida cuando al caer de lo alto se desgarró la cuerda elástica. Citamos como ejemplo, el caso de varios andinistas sepultados por alud de nieve, en las montañas ecuatorianas, quienes en la búsqueda de aventura terminaron encontrando la muerte.

La víctima agresiva martiriza a sus subordinados, amigos, familiares, quienes por mecanismo de saturación se convierten de víctimas en victimarios . Tal es el caso, anteriormente señalado en la subclasificación psicológica del adolescente ecuatoriano que mató a su hermana, esta es, Alicia del Carmen, i a sus padres adoptivos, estos son, Nicolás Antonio Moreira i Alicia Martillo Merchán, quienes trataban agresivamente al muchacho, el cual de víctima se convierte en víctimario.

La víctima sin valor es la persona con menor importancia social. Se ponen como ejemplo los ancianos, los pescadores, los infieles i gente mala . Tal es el caso de Enrique Valencio Mero i José Bolívar Falconez, dos pescadores de Jaramijó, quienes se ahogaron frente a la Península de Santa Elena al zozobrarse las embarcaciones de fibra. La Capitanía del Puerto de Manta permaneció sin cuidado i no dio importancia alguna.

Por lo tanto, las víctimas con ánimo de lucro, con ansias de vivir, con agresividad i sin valor, corresponden a la categoría de impulsos i eliminación de inhibición señalada por Hentig.

La víctima por estados emocionales tiene fuertes sentimientos, que arrastran la totalidad de sus funciones psíquicas. Por lo tanto, la esperanza, la compasión, la devoción, el miedo, el odio, son estados propios de su victimización. . Tal es el caso de los jóvenes ecuatorianos, quienes son abusados emocionalmente de sus padres basados en buenas intenciones, por ejemplo, cuando quieren que sobresalgan en el colegio, en los deportes o en la vida social, pero a partir de estas buenas intenciones los presionan o avergüenzan al punto de crearles sufrimiento emocional crónico.

En cuanto a víctimas por transiciones normales, tenemos los siguientes subconjuntos cronológicos. En el primero, se agrupa la corta edad, por razones de confianza, ingenuidad e inexperiencia. En tanto al segundo, se ubica la pubertad i la vejez. Las mujeres, tanto por el embarazo como por la menopausia ocupan lugar privilegiado , tal es el caso de varias señoras ecuatorianas de cuarenta años, quienes a pesar de poner en peligro su vida, deciden quedar embarazadas i fallecen consecuentemente al riesgo producido por ellas mismas. Citamos como otro ejemplo, el caso de los menores de edad Maldonado Chuya, secuestrados en septiembre del año pasado, quienes mientras jugaban inocentemente en el portal de su vivienda, ubicada en las calles la veintinueve i el Oro, fueron plagiados por su ex empleada doméstica.

Las personas desviadas explotadas por su problema, como los psicopáticos, son víctimas perversas. Citamos como ejemplos, a los homosexuales, las prostitutas, los estupradores, los violadores i los masoquistas . Tal es el caso de Daniel Camargo Barbosa, sicópata, paranoico, sadomasoquista, paidofílico, quien por violar i asesinar a mujeres en el Ecuador, fue detenido por miembros de la policía i victimizado, por un sobrino de sus víctimas.

La dipsomanía es comprobable en variedad de víctimas, provocando su menor resistencia. El alcohol se encuentra a la cabeza de los autores que las victimizan . Tal es el caso de numerosos accidentes de tránsito ocasionados en el Ecuador como consecuencia de la embriaguez del conductor, quien por muchas ocasiones sino acaba con su vida lo hace con la de los demás. Citamos como ejemplo, el accidente automovilístico ocasionado en Diciembre del año pasado, por Nelson Buerahan, en la Avenida Doce de Octubre i calle Fray Luis de León de la ciudad de Cuenca, quien marcó positivo en el examen de alcoholemia i por su avanzado estado de embriaguéz, colisionó con el vehículo de Víctor Cajamarca, causando daños físicos, materiales i emocionales tanto en su persona como a sus familiares. Por lo tanto, a parte de la victimización de estos últimos, Nelson Buerahan termina víctimizándose, como consecuencia de su alcoholismo, esto es, en tanto que no se libera de sí mismo. Citamos como otro ejemplo, el caso de numerosas personas que en fiestas de fines de semana, producto del consumo desmedido de alcohol, disminuyen su resistencia, siendo fácilmente victimizadas por quienes atentamente los vigilan para robarles sus pertenencias.

La depresión acarrea la autodestrucción en cuanto padece el instinto de conservación. Por lo tanto, el sujeto que la aflige, conciente e inconcientemente se expone en situaciones victimógenas . Tal es el caso de numerosas personas, quienes seducidos por la tristeza, aliada del enemigo, se exhiben en medio de las avenidas de la ciudad de Guayaquil, con la finalidad de ser atropelladas. Citamos también, el caso de Héctor Licoa Chóez, ecuatoriano, quien se ahorcó en su vivienda porque se encontraba deprimido por el abandono de su mujer.

La víctima voluntaria permite que se cometa el ilícito o por lo menos no ofrece resistencia alguna. Se dan numerosos casos en materia sexual, como lo es, mediante el estupro, en que las jóvenes ecuatorianas mayores de catorce años i menores de edad, consienten en el acceso carnal por parte de su enamorado, en este caso, mayor de diez i ocho años, asumiendo inclusive el riesgo de quedar embarazadas.

Por lo tanto, la subclasificación de las víctimas por resistencia disminuida de la segunda tipología victimal de Hentig, consisten en víctimas por estados emocionales, víctimas por transiciones normales, víctimas perversas, víctimas bebedoras, víctimas depresivas i víctimas voluntarias.

La víctima indefensa se despoja del auxilio del Estado, esto es, que evita la persecución judicial, por lo tanto, tolera la lesión . Tal es el caso de los padres de las menores de edad embarazadas, víctimas del delito de estupro, quienes al pertenecer al estrato social alto de la sociedad ecuatoriana, con finalidad de evitar la vergüenza se abstienen de la gestión de la denuncia. Citamos como otro ejemplo de la realidad en nuestro país, las víctimas del delito de amenaza.

La victima que se autovictimiza con la finalidad de conseguir beneficio, se considera falsa . Tal es el caso de las mujeres que quieren vengarse de un hombre i lo acusan del delito de violación o agresión física en las comisarías de la mujer i la familia de Guayaquil. Citamos como ejemplo, el caso de empresas del sector hotelero del país, las cuales, con la finalidad de cobrar el seguro se auto incendiaron.

Se considera por su condición social o profesión víctima inmune del delito, quienes por ser victimizados acarrean automáticamente en equívoco, tal es el caso de los sacerdotes, jueces, fiscales i policías, quienes incluso el mundo criminal evita victimizar exceptuándolas de su campo de trabajo . Citamos como ejemplo a Su Excelencia Monseñor Antonio Arregui Yarza, Arzobispo de la ciudad de Santiago de Guayaquil, a quien por el hecho de victimizarlo en el desempeño de su magisterio, se incurre en error, por lo tanto se evita victimación. El pionero de la santidad, san Josémaría Escrivá de Balaguer, en su libro Camino, canon setenta i siete, nos recuerda que el Sacerdote es otro Cristo i que el Espíritu Santo ha dicho nolite tangere Christos meos, esto es, no queraís tocar a mis Cristos .

La víctima hereditaria es víctima no por genética sino por venganza. . Tal es el caso de Pedro Alonso López, quien a temprana edad perdió la inocencia i por reiteradas ocasiones fue abusado sexualmente, decidiendo hacerles lo mismo a tantas muchachas jóvenes como pudo.

Las personas con impulsos i débil capacidad de resistencia son consideradas víctimas reincidentes, quienes a pesar de ser victimizadas no toman las debidas precauciones para impedir su victimización . Tal es el caso de las viviendas o microempresas ubicadas en el sector norte de la ciudad de Guayaquil, que son asaltadas periódicamente, sin embargo sus habitantes o empresarios no toman las precauciones debidas para evitar el robo. Citamos como ejemplo, a los microempresarios del minimarket Juanito, ubicado en Urdesa Norte, quienes en los últimos dos años, fueron asaltados por reiteradas ocasiones.

La víctima que le convencen los métodos de combate del autor suele convertirse en victimario, con los delitos en que fue víctima . Citamos el caso de mujeres ecuatorianas, a quienes se les suministró ilegalmente estupefacientes i sustancias psicotrópicas, con la finalidad de violarlas, quedando adictas de por vida a las drogas.

Por lo tanto, según lo detallado anteriormente, encajan en la figura de víctimas propensas, las víctimas falsas, indefensas, hereditarias, reincidentes i que se convierten en autor .
Hans von Hentig, con su metodología de la investigación empírica, considera la víctimación desde el punto de vista dinámico, protestando contra la imagen estática i pasiva de la víctima del antiguo derecho penal. Propuso esta clasificación para identificar aquellos determinantes que conducían a una responsabilidad desigual-inicial de una manera descriptiva i explicativa. El delito i la victimación no es el resultado de la sola acción del delincuente, sino, que en ocasiones, el delito es provocado en parte por la víctima, aunque jurídicamente se la deba considerar inocente. La presente tipología victimal pretende otorgar aportes científicos al derecho penal, enriqueciéndolo con la incorporación de un nuevo objeto, este es, la víctima. Por lo tanto, se traduce del estudio de este autor, el pensamiento, que si se investiga la función de la víctima se puede tener como consecuencia una mayor prevención del delito
Conforme al sustento teórico de la presente investigación científica, concluimos, que el aumento del riesgo de victimización en el Ecuador, tanto desde un punto de vista cuantitativo, esto es, aumento de la criminalidad, como desde un punto de vista cualitativo, esto es, aumento de los delitos violentos, desprestigia al derecho penal en las manos del Estado, porque al no poder resolver aquellos conflictos para los cuales la norma ha sido creada, provoca incredulidad en el sistema. Por lo tanto, es necesario que se reconozca por el moderno derecho penal los grados de participación a las víctimas, en la escena criminal.